Desde pequeña mis deseos viajan conmigo... Y aún sigo pidiendo deseos cuando veo estrellas fugaces y soplando molinillos de vez en cuando. Puede que sea un juego infantil o simple superstición, pero adultos y niños seguimos haciéndolo. Esos
deseos están dentro de todos nosotros, a veces son inconfesables y otras veces pueden gritarse a los cuatro vientos. Forman parte de nuestra vida, hay veces que se cumplen y otras veces no, pero nos ayudan a seguir adelante día a día y nos acompañan en nuestros viajes, sea cual sea el destino. Como dice el proverbio; Cuidado con lo que deseas porque puede ocurrir! :))
No hay comentarios:
Publicar un comentario